LOS SENTIMIENTOS Y EL ODIO

Lo han hecho muy mal. Una presión incesante, con imágenes de la ANC que recordaban al s. XX, el “Espanya subsidiaria” y el “Espanya ens Roba” , verdaderas fortunas gastadas en tergiversar la historia y hacer la consulta, el adoctrinamiento de niños, con críos de 2 años con camisetas independentistas en contra de todo su país a hombros de sus padres. La imagen ha sido verdaderamente sucia, y la ha visto toda España y toda Cataluña. Y mientras tanto, Rajoy y el Gobierno de España no ha hecho nada más que limitarse a decir la verdad: yo no puedo hacer eso, no tengo poderes para hacerlo, tienen que consultar al pueblo español. 

Al final, la imagen aparece el 9N en la Sexta: la de un señor casi sollozando porque su hijo iba a votar independencia en un pueblo catalán, el hombre explicando que se habían roto las familias, y que ya no se hacían bromas en el bar del pueblo. 

Lo siento Josep pero han perdido…

Sobre su comentario del lunes a las 17:27

No me cansaré de repetir que sentirse catalán no es odiar a España ni a los españoles. Si entendieran eso puede que no estuviéramos en este proceso.

¿Sucio que un niño lleve la bandera que le parezca a sus padres en la camiseta? Sería lo mismo que decir que es sucio que unos padres católicos practicantes bauticen a su hijo. De verdad, no le comprendo.
¿Manipulación de la historia? por favor, busque usted las instrucciones secretas a los corregidores del territorio catalán dictadas el 20 de febrero de 1712.

Lo de Rajoy es de juzgado de guardia. Primero recoge firmas contra Catalunya, y después se limita a sentarse detrás del palsma y de la constitución contra la que él votó. No cuela lo de "no podía hacer otra cosa", ya se lo dijo hasta Cameron (que me perdone el Sr Cameron por mencionarlo en el mismo párrafo que a semejante inútil). Quizá no lo entendió porque el traductor se lo saltó.

Para mi, mi país es Catalunya y creo en las instituciones de mi país porque creo que son necesarias y útiles. Quizá tenga que ver con el asociacionismo, esa arma secreta que tenemos los catalanes de la que le hablaba antes. Entiendo que somos los catalanes los que nos dotamos de esas instituciones, no creo en las que se me imponen, y no soporto que se me discutan las que quiero, porque una cantidad de españoles , por muchos que sean, que no viven aquí ni les interesa para nada Catalunya lo decida.

No veo que los españoles hayan decidido tener una monarquía (fue impuesta por un dictador), un senado sin competencias reales pero sí con gasto, unas diputaciones sin competencias pero con presupuesto, unos delegados del gobierno que, o no hacen nada, o se comportan como comisarios políticos, unos jueces clientes de los políticos sin disimulo,.... sabe que puedo continuar. Comprendo que no aprecien a sus instituciones.

No sé si lo hacemos bien o mal, sé que hacemos lo que podemos por conseguir lo que queremos, y estoy contento con ello.

Amor no es decir te quiero - eso son sólo palabras. La mayor parte de las veces es dejar que el otro viva a su aire. Si quieres que sea como tu quieres no lo amas, amas a una imagen mental que seguramente no coincide con la realidad, y eso casi siempre termina en divorcio.

Buenas noches Rafael.

En referencia a los sentimientos, me dice ud. “sentirse catalán no es odiar a España ni a los españoles. Si entendieran eso puede que no estuviéramos en este proceso”. Yo añadiría, sentirse catalán debería ser también sentirse español, y entendiendo esto también nos hubiésemos ahorrado buena parte del problema.

Josep, ustedes, los independentistas, se han inventado una dicotomía de españoles versus catalanes, como si dentro de sus “españoles” existiese un grupo homogéneo de personas bien diferenciado de los catalanes. Es una falacia, una trampa sin sentido ni rigor histórico. En sus “españoles” hay gallegos, andaluces, castellanos, valencianos, vascos, baleáricos, astures… algunos de ellos comparten incluso su misma lengua. ¿Se puede saber de donde se sacan ustedes el hecho identitario que une a todos estos y les diferencia de ustedes? Desde luego no será en la historia, los catalanes llevan más tiempo siendo hispanos que los mesetarios como despectivamente se les define, o los vascos o gallegos. 

Y ¿cómo se consigue que alguien cuyas raíces familiares e históricas han estado en España, que ha nacido en España, con DNI y pasaporte español, e incluso con apellidos españoles, no se sienta español?. Pues la respuesta nos la dio en el 1884, el arquitecto político del catalanismo, Prat de la Riba: “Había que saber que éramos catalanes y que no éramos más que catalanes... Esta obra no la hizo el amor... sino el odio.”

Usted, estimado Josep, me dice que no odian, y yo de alguna forma le creo, pues sé del talante bondadoso que muchos independistas como usted tienen. Pero obviamente sienten aversión hacia lo que ustedes han catalogado como español. Y eso que ustedes consideran español, como Franco, fascismo, toros y sevillanas, es algo que a una gran mayoría de españoles, especialmente a los de mi generación, no nos gusta ni nos sentimos identificados con ello, al igual que ustedes. 


Me preguntaba usted que tiene de malo vestir a los niños con camisetas independentistas, e inculcarles esos valores. Lo comparaba además con inculcar a un niño valores cristianos y “hacer la comunión”. 

Bien, es cierto que en ambos casos los padres inculcan algo a los niños, pero el católico enseña valores de bondad y misericordia propios de su religión, en la idea de un cristo, que si bien podemos poner en duda su existencia, nadie puede dudar del positivo valor humano de dichos valores. 

En cambio, el independentismo inculca un fuerte sentimiento nacional basado en una cultura y una lengua, esgrimiendo la idea de que la escisión de su tierra de aquella de la que históricamente forma parte, le hará sentir aún más ese sentimiento nacional, es decir, le hará más catalán. Cuando el papá le explique al niño la conveniencia de la secesión, lógicamente el niño pensará la “chorrada” que le está explicando su padre, pues ¿separarse de donde? ¡si la tierra que pisa y su casa no se van a mover a ningún sitio!!. Además la mente inocente de un niño no puede entender eso de sentirse más catalán. El niño hablará en su lengua y se comportará culturalmente como lo haya vivido en su casa y ambiente, vamos, como le dé la gana. Quizás el padre le anime a hablar catalán en la calle, y al niño le sorprenderá no poder expresarse con sus amigos en castellano si normalmente así lo hace, y se preguntará cual es el problema que tiene su padre. 

Ahora viene el tema del odio. En el caso anterior el padre no puede justificar con la lógica ninguno de esos cambios o sentimientos nacionales que quiere inducir en el niño, y ha de recurrir al argumento del rencor, del agravio. Para hacer que el niño cambie sus hábitos, o le importe hablar en una lengua, habrá de explicar el conjunto de mentiras típicas del independentismo: Los españoles nos conquistaron, como ud. mismo me ha dicho, quisieron erradicar su cultura, nos expolian o nos roban, y si la cosa va a más, los españoles son unos vagos, etc, etc. Resultado final, cambio en las actitudes y hábitos del niño engendrando aversión a algo efímero llamado españoles, que para el niño ya no son personas normales, sino enemigos. 

Y ahora Josep, haga memoria para saber como le ocurrió a usted. No digo que fuesen sus padres, pudo ser cualquier figura negativa que usted identificó con España, como un cura maltratador o un guardia civil que le amenazase por hablar catalán. O cualquier familiar u amigos que le indujesen esa idea de los malvados españoles, y ambas cosas a la vez. 

El problema es que no tiene justificación. En Cataluña como en toda España se lleva hablando castellano desde el s. XVI, su cultura siempre ha estado en España como todas las demás, y ustedes sufrieron por catalanes, lo que cualquier español no afín al régimen sufrió por “rojo”, con la salvedad que ser catalán para muchos ya era sinónimo de lo mismo.

Josep, todos los españoles necesitamos una terapia y mucha pedagogía para curar aún las heridas del régimen franquista. No solo los nacionalistas catalanes, también los nacionalistas españoles que consideren español lo castellano y enemigo todo lo demás. Toda España, y especialmente vascos y catalanes, estamos infectados por el mismo virus del odio. El odio engendrado en una España de perdedores y vencedores, y de amigos y enemigos, cuando hemos estado siempre juntos. Y algo que justifica el haber votado incondicionalmente a los mismos partidos políticos corruptos porque aparecían como estandartes de esos ideales políticos de derecha vs. Izquierda, nacionalismo regional vs estatal. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario