LAS CONCLUSIONES


LAS CONCLUSIONES

Estamos repitiendo los mismos argumentos una y otra vez, así que no voy a contestarle sobre los datos económicos ni los números de política ficción. Y por ultima vez: querer la independencia no es odiar a España.

Se fabrica usted mismo películas de como vemos los demás cosas, pero no se cree lo que le explico. Allá usted.

Soy catalán, y no es que ahora no me sienta español, es que no me he sentido nunca español. Otros independentistas, se sienten ambas cosas y, aunque le cueste de creer, los hay que se sienten españoles pero quieren la independencia de Catalunya.

Sí, reniego de Franco y el fascismo, pero espero que usted también. No me gustan los toros, sin embargo no era de la opinión de prohibirlos. Una mayoría lo quiso y lo acepto. Sí me gustan las sevillanas ¿a usted no?, pero evidentemente no me identifico con ellas, simplemente no soy sevillano. ¿Usted las odia?

¿Que derecho tenemos a sentir que pertenecemos a otro país? Pues el mismo que usted tiene de sentirse Español. Las naciones/pueblos/países se autodefinen, no hay ley, ni historia, ni formula matemática que lo haga. Yo no tengo ningún derecho, y no se me ha pasado por cabeza, a decir que usted debe sentirse otra cosa que lo que usted se sienta. ¿Que derecho tiene usted a decir que es lo que debe sentirse otra persona?

Su propuesta de estructura de estado, no me gusta nada en absoluto, porque es lo que tenemos ahora pero en peor. Su reparto de competencias es una recentralización nada disimulada. 

El tiempo del, estado plurinacional, federación, confederación, etc ha pasado. Treinta y tantos años intentándolo, no sólo sin éxito sino que además en los últimos años hemos ido a peor. Game over, pasamos al siguiente nivel: la independencia.

Según usted el 9N ha sido un fracaso. Usted puede opinar lo que le plazca, pero los nervios en el gobierno central muestran otra cosa. Si además lee usted prensa internacional, verá que las opiniones no van por donde usted quiere argumentar.

La desconexión de Catalunya con el resto de España, al menos a nivel mental empezó en masa el domingo pasado. Más de dos millones de personas desobedecieron al estado español y fueron a votar. Entre ellas habían cien mil que votaron que no. En mi opinión, deberíamos llamarlos los cien mil dignos.

Un cordial saludo.

Sí Josep, es cierto, estamos ambos enrocados en los mismos argumentos, y ni usted ni yo parece podemos llegar a un punto medio que nos contente. Posiblemente este es el mismo punto en el que se encuentran los gobiernos catalán y español, y al contrario que ellos, mire que nosotros hemos dialogado. 

Por poco que me guste, cada vez en más ocasiones me veo dando la razón al Sr. Rajoy, en eso de que el diálogo de nada sirve cuando alguien ya tiene claro que se quiere ir. 

Tiene usted toda la razón en que ni yo ni nadie, debemos decirle a alguien como sentirse. Pero sí tengo todo el derecho en valorar, por ejemplo, que alguien siente una tristeza enfermiza, si su tristeza es extrema y sé que no tiene ningún problema serio, y quizás padezca una depresión.

Es verdad Josep que me cuesta creerle, en ese tema del odio. A todos nos cuesta atribuirnos sentimientos reprochables, aún cuando los sentimos. Sustituya odio por aversión, y le será más fácil entenderlo. A día de hoy, usted aún no ha podido explicarme porque siente tanto patriotismo hacia su tierra, y en cambio reniega de ningún tipo de vínculo hacia esa tierra más grande que también le ha dado una lengua, y enmarca toda la historia de su tierra. 

Josep, no me gustan las sevillanas, ni los toros, y no los odio, pero ninguna de esas cosas me producen ningún sentimiento patriótico. Me siento castellano solo por el recuerdo de la iglesia de mi pueblo y de los campos de trigo, y solo pude sentirlo cuando viví lejos de ellos. Y me siento español porque soy un producto de la historia de España. Porque me identifico con su sol, la alegría de sus bares, con el enorme desarrollo de sus pueblos, sus culturas y sus lenguas; y porque soy un producto de sus triunfos y también de sus derrotas, igual que usted. Y de nuevo, solo pude sentirlo cuando viví en el extranjero.

No entraré en más números, en mis blogs los he explicado todos, y la secesión a corto plazo no me preocupa. Me preocupa mucho más lo que usted ha dicho después: “La desconexión de Catalunya con el resto de España, al menos a nivel mental empezó en masa el domingo pasado”. Esto es cierto, y a menos que el nacionalismo catalán salga del poder en Cataluña, esa desconexión continuará. Estoy convencido que a largo plazo, si los catalanes continúan en la vía del soberanismo, al final se independizarán.

Ya le dije que todos los españoles necesitamos de pedagogía para aprender a querernos y respetarnos. Sabiendo lo que ha ocurrido tras los referéndums quebequés y escocés, ya siquiera creo que hacer un referéndum solucionaría el problema. Los independentistas como usted, continuarán la presión secesionista siempre, hasta conseguirla, como hoy día lo sigue haciendo Saldmon en Escocia, y lo han hecho los secesionistas en Quebec. 

Procedo a publicar nuestras conversaciones y me despido de usted Josep, guardando un buen recuerdo del diálogo. Comprenda no pueda desearle suerte en su deseo secesionista.


Un cordial saludo.

Rafael, el nacionalismo catalán siempre ha estado en el poder en Catalunya desde la vuelta de la democracia, simplemente porque es mayoría. No me gusta CiU porque, a pesar de ser una derecha civilizada, es una derecha instalada en la forma de hacer política que aborrezco, pero es innegable que es un partido nacionalista. Supongo que no discutiremos sobre si ERC y las CUP lo son. Sobre el PSC-PSOE podríamos hablar mucho, pero me imagino estaremos de acuerdo en que la mitad de sus cuadros eran nacionalistas - no ahora, hasta Maragall por ejemplo. En general cualquier partido que aspire a gobernar en Catalunya lo será, simplemente porque es lo que quiere la gente.
Si lo que quiere es erradicar eso, estará usted cayendo en las tesis del ínclito Wert que quiere españolizarnos. ¿Ha leído Un mundo feliz (Brave new world) de Huxley?

Este enlace es un chiste que apareció en el 2012. Resume bastante bien como se ha llegado a la situación actual. http://pluralencuentros.blogspot.com.es/2012_09_01_archive.html

Los sucesivos gobiernos del estado han tratado a Catalunya como una provincia periférica (en el sentido peyorativo del termino periferia que se le da con frecuencia) durante tanto tiempo que al final la periferia ha construido su propia centralidad.

Sí, tiene usted razón con respecto a Quebec y Escocia, pero no sólo en esos lugares. Quizá llegue el momento en que haya espacio para más pequeñas naciones estado. Ya sabe, las tendencias de la historia van variando con el tiempo.

Valga como despedida este fragmento de un poema de Espriu:

Provarem d'alçar en la sorra 
el palau perillós dels nostres somnis 
i aprendrem aquesta lliçó humil 
al llarg de tot el temps del cansament, 
car sols així som lliures de combatre 
per l'última victòria damunt l'esglai. 
Escolta, Sepharad: els homes no poden ser si no són lliures. 
Que sàpiga Sepharad que no podrem mai ser si no som lliures. 
I cridi la veu de tot el poble: "Amén." 

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